In a momentous achievement for Connecticut's home-based child care sector, the first cohort of family child care providers has graduated with their Child Development Associate (CDA) credentials, marking a key milestone in the state's efforts to strengthen the child care workforce. This graduation is a critical step toward securing National Association for Family Child Care (NAFCC) accreditation and advancing the quality of early childhood education across home-based providers in Connecticut.

The graduates, who have spent months completing coursework and accumulating hands-on training hours, were celebrated at a special ceremony that recognized their hard work, dedication, and commitment to improving the lives of children and families across the state. For these providers, the CDA credential is more than just a piece of paper—it is a testament to their professionalism, their role as early childhood educators, and their ongoing commitment to lifelong learning.

The Registered Apprenticeship Program, the first of its kind in Connecticut, was created through the tireless advocacy of CSEA and the SEIU Education and Support Fund. The program offers a unique pathway for family child care providers to earn while they learn, receiving both on-the-job training and classroom education designed to boost their skills and credentials.

As the child care crisis continues to affect families across the country, initiatives like the Connecticut Registered Apprenticeship Program are critical for addressing both the supply and quality of care available to families. According to the Connecticut Office of Early Childhood, there are currently over 1,800 home-based child care centers in the state, but the demand for quality care far exceeds the supply. By investing in the education and professional development of family child care providers, the program not only helps fill critical vacancies but also ensures that providers are better equipped to meet the evolving needs of children and families.

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En un logro monumental para el sector de cuidado infantil en el hogar de Connecticut, el primer grupo de proveedores de cuidado infantil familiar se ha graduado con sus credenciales de Asociado en Desarrollo Infantil (CDA, por sus siglas en inglés), marcando un hito clave en los esfuerzos del estado por fortalecer la fuerza laboral de cuidado infantil. Esta graduación representa un paso fundamental hacia la acreditación de la Asociación Nacional para el Cuidado Infantil Familiar (NAFCC) y el avance en la calidad de la educación infantil en proveedores de cuidado basados en el hogar en Connecticut.

Los graduados, quienes pasaron meses completando cursos y acumulando horas de formación práctica, fueron celebrados en una ceremonia especial que reconoció su arduo trabajo, dedicación y compromiso con mejorar las vidas de los niños y familias en todo el estado. Para estos proveedores, la credencial CDA es mucho más que un certificado: es un testimonio de su profesionalismo, su papel como educadores de la primera infancia y su compromiso continuo con el aprendizaje a lo largo de la vida.

El Programa de Aprendizaje Registrado, el primero de su tipo en Connecticut, fue creado gracias a la incansable labor de defensa de CSEA y el Fondo de Educación y Apoyo de SEIU. Este programa ofrece una vía única para que los proveedores de cuidado infantil familiar aprendan mientras trabajan, recibiendo tanto capacitación en el trabajo como educación en el aula diseñada para mejorar sus habilidades y credenciales.

A medida que la crisis del cuidado infantil sigue afectando a las familias en todo el país, iniciativas como el Programa de Aprendizaje Registrado de Connecticut son fundamentales para abordar tanto la disponibilidad como la calidad del cuidado que las familias necesitan. Según la Oficina de la Primera Infancia de Connecticut, actualmente hay más de 1,800 centros de cuidado infantil en el hogar en el estado, pero la demanda de cuidado de calidad supera con creces la oferta. Al invertir en la educación y el desarrollo profesional de los proveedores de cuidado infantil familiar, el programa no solo ayuda a cubrir vacantes críticas, sino que también asegura que los proveedores estén mejor preparados para satisfacer las necesidades cambiantes de los niños y sus familias.